Las relaciones amorosas adictivas
Este escrito se puede dirigir tanto a hombres como mujeres, pero me voy a
permitir dirigirme especialmente a las segundas, ya que
tradicionalmente hemos sido nosotras las que hemos tenido que adoptar el
rol de víctima, y no sin muchas razones objetivas para ello.
Pero, actualmente, millones de mujeres estamos en unas condiciones
personales y sociales totalmente distintas, donde literalmente "podemos
elegir" a quién amamos. De modo que si elegimos mal, sólo y
exclusivamente nosotras somos responsables de ello.
Llegó la época de sanar nuestro linaje femenino, romper cadenas (las
nuestras en este caso, esas que NO QUEREMOS soltar) y hacer que los
niños y niñas que van llegando a la vida se encuentren un entorno más
auténtico. Pasó también el tiempo de pretender cambiar al hombre que "decidimos"
tener al lado, y recurrir a todo tipo de estrategias para que ese
hombre, el real, se convierta en el que para nosotros es el "ideal", a
menudo involucrando de forma traumática a nuestros seres queridos. Y
aquí entra en juego un término clave: la IDEA. Aclaro que no es que tenga una connotación negativa tener claro cual es
el hombre ideal para ti: tienes derecho a pretender que sea educado,
fiel, trabajador.... Y pon cuantos calificativos desees. Pero el otro,
llega hasta donde puede llegar, a veces hay posibilidad de cambio,
otras: no. Y si el otro no tiene un nivel de consciencia como para
pretender remover sus propios miedos, temores, bloqueos....etc., tú vas a
tener que tomar una decisión sin forzar a la otra parte a lo que para
él, en ese momento, es un imposible. De ahí que actualmente muchas
mujeres dejemos -de hecho- a un hombre, amándolo. No quiere decir esto que estés condenada a pensar el resto de tu vida en él, pues es apego lo diluye el tiempo más rápido de lo que en principio podíamos imaginar. Una decisión de este tipo lo mueve todo hacia la libertad externa e interna. Amar es también saber
soltar, aceptar "lo que no puede ser" porque hay una incompatibilidad
existencial de base. Si pese a entender esto racionalmente, no logro
separar mi camino de una relación dañina, hablamos de adicción amorosa. Y
una adicción es un problema, no es "amor". Pero volvamos a "La idea"; ésa que tenemos de un hombre (o de una mujer,
cada uno que lea el texto aplicándolo a su caso particular) esa idea,
digo, está constituída por aquello que realmente nos haría feliz, es
todo un conjunto de ilusiones y anhelos personales que portamos desde
siempre, y que al conocer a un hombre, se nos va a disparar por dentro
la certeza de que "ese" hombre cumple todas las expectativas de mi idea y
llenará todos mis vacíos.
Si generalmente te enamoras así, desde "la falta", es decir si te
relacionas pensando que la otra parte te va a completar, si no te
sientes ya completa por ti misma: va a ser un enamoramiento adictivo. No
te culpes por nada de esto, simplemente ponte manos a la obra para
tomar las riendas de tu destino y llegar a mejores puertos. De modo que para que comience un enamoramiento equilibrado, primero hay
que mirar dentro de una misma y sanar todas las heridas, elaborar los
vacíos, sacar lo que nos dañó.... Es sólo ahí donde podemos mirar al otro
con REALISMO, no con IDEALISMO. Entonces vamos a ver que
el otro tiene equis características (buenas y/o malas) pero no vamos a
hipotecar nuestra vida en culparlo o pretender cambiarlo, sino que
entendiendo y empatizando profundamente con su propia problemática, la
del otro, vamos no obstante a calibrar las posibilidades de que eso
prospere, o bien vamos a ver claramente que hay que separar nuestras
vidas, por mucho que duela.
Las mujeres (y los hombres) tenemos que empezar a salir de
la dependencia emocional, sin anestesia. Porque si no lo hacemos, y nos
enrolamos en una relación con una pareja de rasgos agresivos, o con un
perfil de don juan, o parejas narcisistas... le abrimos la puerta a una
dinámica pseudo-amorosa que nos va a traer todo tipo de males. Pero como
bien digo: le abrimos la puerta. Es decir: somos responsables, no
víctimas. Cuando amamos y somos amados, ni dañamos ni nos hacen daño de
forma sistemática. Si elijo otra cosa, he de preguntarme qué me pasa "a
mí". Esto es sólo un breve comentario sobre un artículo de mi autoría que podéis leer en el pdf a continuación, publicado en INFONOVA, revista científica sobre adicciones a sustancias, y donde para mi
sorpresa me aceptaron un escrito sobre la adicción amorosa. Sorpresa,
porque indica que vamos tomando consciencia; ningún especialista negaría
hoy que todo vacío personal se llena con algo a lo que me hago adicto,
es decir, me ha sacado de mi centro y dependo de ello; puede ser una
droga, un proyecto, ludopatías, un amor... El mismo problema de fondo, que
adopta múltiples formas. Sanar el vacío, hablar y ser escuchada, darle
forma a tu inconsciente a través de la palabra consciente, crear un
espacio para ti y tu sanación, se convierte en una necesidad imperiosa
en el camino hacia la propia felicidad.
Olga Rivas (Profesora de Primaria y Consultora Psicológica acreditada por A.E.C.O., profesional en "Ayuda Psico-Emocional").